miércoles, 23 de abril de 2008

Mis dos pequeños amordazados


Bueno, ahora ya salen los dos nenes con los bozales puestos.... Eso es para que no se tengan envidia el uno del otro, jejeje. La verdad es que a Hamlet no le venía mal, porque también tiene algunos arranques asalvajados que hacen conveniente que vaya con su bozalito puesto. Así que ahora vamos por la calle como si llevaran un cartel puesto que dijera: "¡Cuidado! Semos peligrosos...". Que según como se mire, resulta cierto...

Ponérselos no resulta del todo difícil: ella parece resignada, y él se vende por una salchicha, así que en eso andamos.

Lo bueno es que cuando Sonia y yo les sacamos, resulta mucho más fácil hacer algo de terapia de choque con los dos, no sólo por lo del miedo de Bibi a personas y perros, sino también por la impulsividad de Hamlet. Así que armadas de salchichas estamos logrando poco a poco que Bibi ignore a los perros que le ladran al otro lado de las verjas, y que él se controle también un poquito más. Incluso yendo yo sola con los dos he comprobado que la salchicha es el arma infalible para controlarles (una salchicha para dominarlos a todos....), y si les noto un poco inquietos porque ven a alguien que se acerca, les doy una salchicha, les acaricio, les digo "muuuuyyyy bien" con vocecita de encantada, y todo va como la seda.

Con los paseos primaverales que tenemos desde hace un par de días estamos coincidiendo con más gente de la urbanización, que nos pregunta por los perros. Como les ven con los bozales, algunos nos preguntan si de verdad es necesario; claro, si les ven cuando están calmaditos, pues no parece que se conviertan en perros asilvestrados cuando les da el venazo...

Si mis nenes les ladran, ya no empiezo a tirar de ellos para llevármelos lejos. Lo que he decidido hacer es empezar a gritarles "¡No, no, no, no, eso no!", y a apaciguarlos, hasta que por fin se quedan quietos y sentados. Quiero que vean que una persona que pasa junto a ellos no les va a hacer daño, que no pasa nada por estar a 3 metros de otro ser humano porque nadie les va a lastimar. Ese tiempo ya pasó, ahora están en otra vida diferente y tienen que ver que no hay peligro para ellos, que les vamos a defender si es necesario, pero sobre todo que les vamos a dar armas para que por sí mismos vean que no van a sufrir daño alguno.

En fin, parece que vamos progresando, pues. Estamos deseando volver al cole, a ver qué lección nos toca. La orden de sentarse ya la dominan a la perfección, y la de tumbarse Hamlet la pilló en seguida, y ella se hace más la remolona (aunque acaba por tumbarse). Como el domingo pasado se suspendió el curso debido a la lluvia, hemos tenido tiempo de practicar, jejeje.

¡Ah!, y buena reacción de Bibi ante visitas de amigos que no habían estado en casa. El sábado estuvieron en casa un par de amigos que no la conocían, y que adoran a los animales, así que les armamos de salchichas y les presentamos a nuestras dos pequeñas fieras. Hamlet estuvo en su línea: alterado queriendo jugar, lamer y mordisquear a todos (esa manía se la tenemos que quitar....), y Bibi acabó tendida boca arriba pidiendo que la sobaran más y más y más... Genial, un pequeño pasito más en la socialización de la niña....

Lametones de parte de mis dos enanos.

1 comentario:

Eva dijo...

Angeles, son muy buenas noticias! Tienen razón todos los adiestradores, el mantra a repetir es "Paciencia y salchichas". Yo estoy en ese momento con Unko y, aunque a veces se piensa que nunca los vamos a educar, llega un buen día en que responden. Y ese día sale el sol, el arco iris, llega la primavera y de tó!!!
Animo!!!