miércoles, 26 de noviembre de 2008

Soy un truhán, soy un señor...

Hola colegas:


nadie puede decir que me falta clase... Aun siendo un chucho, como nos llaman a veces por ahí (como si eso fuera algo malo), tengo un encanto y un saber estar que ya quisieran muchos peludos... Miradme si no os lo creeis:


















¿Acaso hay alguien que sepa esperar de forma más distinguida a que pase el tiempo? Yo creo que no...

A la Mami le hacen mucha gracia estas poses, pero a mí me salen de forma natural y no lo hago para resultar gracioso, ¿eh? Es que uno es así de encantador...

También tengo que decir que a veces soy un poco travieso... sobre todo con la comida... Ayer la Mami se tuvo que llevar un bocata para comer en el trabajo porque yo me comí los macarrones con tomate que se había estado preparando... Mami, lo siento de verdad, pero es que ¡¡no me pude resistir!! La puerta de la cocina se quedó abierta, los macarrones estaban tan solitos en su tupper, y olían taaaaaaan bien.... me llamaban diciendo "Cómeme".... (dice la Bibi que no tenga morro y que reconozca que me los comí porque soy un tragón, ¡pues vale!, ¡también eso es verdad!).

En fin, qué le vamos a hacer. A veces los caballeros tenemos estos puntos de truhanes....

¡Muchos lametones a todos!

jueves, 20 de noviembre de 2008

La Bibi ha vuelto...

Hola gente:

bueno, parece que hace tiempo que no nos pasamos por aquí a contar nada, ¿eh? La verdad es que hemos estado un poco atareados todos, tanto las mamis como nosotros, y al final siempre se nos olvidaba venir aquí a escribir algo. La Mami ya le ha echado la bronca al enano: "Tanto pedirme que te deje el ordenador, y ahora vas y descuidas tu blog...". Claro, es que el enano se dispersa enseguida...

En estas semanas ha habido muchas novedades. La primera de ellas: que hace frío. Parece una tontería, pero no lo es: cuando hace frío yo necesito dormir más (para ahorrar energía) y recibir más mimos (porque me gusta; no hay un motivo especial). Por suerte las mamis encienden la chimenea todos los días, y así estamos tan a gustito cuando entramos por la tarde en casa.

De día, nos pasamos las horas aprovechando el solecito que hay en el jardín; también ladramos de vez en cuando a algún gato atrevido que se pasea por el prado de delante de casa. O al cartero cuando se acerca a dejar los sobres en el buzón.

Otra novedad: durante una semana hemos tenido un huésped peludo en casa. Apareció un día de repente enfrente de casa, y las mamis se quedaron muy sorprendidas porque ni el enano ni yo le ladrábamos (normalmente nos queremos comer a todo peludo que se acerca a la verja de casa, grrrrr). Pero claro, lo que las mamis no sabían es que nosotros sí sabíamos que ese peludo era un colega en apuros, y que había que echarle una mano.

Las mamis le empezaron a dar de comer, y probaron a juntarlo con nosotros, a ver qué tal funcionaba. Yo no tuve problemas porque cuando se ponía pesadito le enseñaba los dientes y me dejaba tranquila. Pero al pobre de Hamlet lo tenía frito... Mis mamis pensaban que Hamlet era un perro demasiado activo, hasta que conocieron al nuevo inquilino....: ¡eso sí era actividad!

Por fin la Mami lo bajó al veterinario de ANAA, para que le pasaran el lector, por si tenía dueño, y si no pues intentar encontrarle una buena familia. Nosotros ya nos estábamos temiendo que lo que empezó como una acogida temporal acabara en una adopción definitiva, porque le estaban cogiendo cariño y ya hasta le habían puesto nombre: Pepe.

Al final resultó que Pepe sí tenía dueño, y que se había escapado de casa; aunque nadie sabe bien cómo llegó hasta donde vivimos nosotros, porque estamos a 100 kilómetros de su casa... (eso se lo he oído decir a las mamis, no es que yo sepa qué es un kilómetro ni nada parecido, eh?). Ellas piensan que tras perderse alguien se lo apropió sin ninguna buena intención, pero no saben cómo acabó aquí.

Nosotros ya sabíamos que Pepe se había escapado, porque nos lo contó; también nos dijo que echaba de menos a su familia humana, y que no sabía cómo encontrarla. Por eso nos portamos tan bien con él: a un colega peludo en apuros hay que ayudarle. Además, era apenas un jovenzuelo de 6 meses... Lo que no averiguamos es cómo llegó hasta aquí; ni siquiera a nosotros nos lo quiso contar.

El caso es que todo acabó de forma feliz: Pepe volvió con sus humanos, que le estaban echando mucho de menos después de estar desaparecido 3 semanas. Y nosotros volvimos a la normalidad habitual, que también iba siendo hora. Os dejo una foto de Pepe, para que sepais cómo es:



La trufa que aparece a la derecha es de Hamlet, claro; es que hay que ver lo que le gusta ser protagonista de todo....

Y una última novedad que os tengo que contar: parece que a partir de ahora me va a tocar lavarme los dientes.... Dicen mis mamis que me huele mucho el aliento, y que eso no puede ser, que debo de tener algo malo en la boca. Igual es por eso que cuando intento chuperretearles la cara no me dejan...

Estuvimos el lunes haciéndonos los análisis de la leishmania (ya os contaremos qué tal han resultado) y al preguntarle a la veterinaria le dijo a la Mami que sería conveniente que me cepillaran los dientes para tratar de controlar el sarro (que no sé lo que es, pero que debe de ser el culpable de que ahora la Mami me llame "mofetilla"). Mmmmm, no sé por qué, pero creo que esta nueva actividad no me va a gustar demasiado....

Para ir practicando, la Mami de vez en cuando me abre la boca y empieza a toquetearme los dientes y las encías. Yo no entiendo nada, porque a mí lo que me da gustirrinín es que me rasque la barriga, no los colmillos; pero vamos, yo más o menos me dejo hacer, hasta que llega un punto en que no hago más que moverme para que sepa que no me está gustando nada lo que me hace.

¿A alguno de vosotros os cepillan los dientes? ¿Cómo es eso? ¿Me va a gustar? No sé, yo tampoco creo que me huela tan mal el aliento....

En fin, majetes, me vuelvo a mi rincón a echar un último sueñecito antes de que llegue la Mami a casa, que tengo que guardar energías para darle un buen recibimiento.

Muchos lametones a todos!