jueves, 10 de abril de 2008

Días sin escribir...

Vaya, acabo de darme cuenta del tiempo que llevaba sin actualizar.... He estado un poquito liada, y bastante he tenido con los nenes en vivo y en directo como para luego anotarlo en el blog, jejeje.

Hemos hecho un nuevo amiguito perruno; se llama Perico, y es un perro medianito, paticorto y negro. El primer encuentro fue de sopetón, porque el dueño le llevaba suelto y nos dimos de bruces con él al ir a girar una esquina. Como la diferencia en número y tamaño beneficiaba a los míos, me estaba temiendo un episodio sangriento, pero resultó que no, que los tres se pusieron a mover el rabito y a olisquearse, y ahí estuvieron tan pichis un ratito. El dueño de Perico y yo estábamos un poco asustadillos por si aquello cambiaba de repente, pero no, la cosa no pasó de olisqueos y meneítos de rabo.

Al día siguiente nos lo encontramos otra vez, y lo mismo: olisqueos y todos contentos. Bibi hace un repaso general y luego ya se desentiende del tema, prefiere quedarse pegadita a sus mamis, pero Hamlet sigue y sigue detrás del pobre Perico, que ya tuvo que darle un ladrido para que dejara de acosarle.

Este pasado fin de semana también descubrimos una cosa (que ya sospechábamos): Bibi se tiraría a degüello a por aquella persona o animal que viniera con malas intenciones. Vino de visita una amiga a la que le encantan los animales, y estaba jugando con Hamlet tirándole uno de sus juguetes mientras Bibi estaba a mi lado; entonces ella levantó el brazo sobre su cabeza para lanzar el juguete y creo que Bibi interpretó que iba a hacerle daño a su hermanito, así que se lanzó hacia ella y se plantó delante enseñándole los dientes y gruñendo. No hay que decir que la pobre chica se quedó blanca....

La estuvimos calmando (a la perra) para que viera que no pasaba nada, y luego ya hasta le daba lametones a nuestra amiga. Pero el momento de pánico que pasó la pobre chica no se lo quita nadie. Ella cree que si S. no se llega a interponer entre las dos, le hubiera arreado un bocado. Yo creo que no, que primero la hubiera avisado haciendo lo que hizo: ladridos y gruñidos plantada delante de ella. Pero por si acaso, mejor no haberlo tenido que saber.... Joer con la Bibi.

También hemos descubierto que las mamis y los nenes tenemos las mismas malas sensaciones hacia dos tipos que están habitualmente por la urbanización en la que paseamos, y que suelen ir con unas pintas bastante desastradas y unas gorras rojas. Nada más verles los dos se ponen a ladrar, y eso que Bibi no ladra más que cuando está ya desquiciada con algún perro cansino que le ladra desde su casa.

Cuando les veo a lo lejos procuro no coincidir con ellos, no sea que no pueda controlar a las dos fieras y armemos la marimorena.

En general las cosas van más o menos como siempre, aunque vamos haciendo algunos avances en la educación de los nenes. Por ejemplo, lo del "quieto" parece que lo van pillando. En los paseos obedece más la orden Bibi, pero a la hora de darles la comida obedece más Hamlet, que es capaz de pasarse un buen rato sentado delante del plato de pienso sin bajar la cabeza y empezar a comer.

En fin, pocas cosas más. Estamos deseando empezar el curso de adiestramiento, a ver si nos dan algunos trucos para controlar más a las fierecillas, sobre todo al bebé, que es el que da más problemillas.

Lametones de parte de Bibi y Hamlet.

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