jueves, 10 de abril de 2008

The day after Chinchón

Aquí estoy. Recién regresada de darle la consabida ruta mañanera de pises a los nenes, y con un sueño y unas ojeras de aúpa; su otra mami también se ha ido a currar con sueño y ojeras hasta el suelo, y además un cabreo monumental. ¿El motivo?, pues que a partir de las 2:30 de la mañana Hamlet se ha dedicado muy poco delicadamente a darle golpes con la pata a la puerta del comedor, así que cada cierto tiempo nos despertaba un pum-pum-pum naaaada agradable.

Así hasta las 7:15 en que ha sonado el despertador.

La verdad es que el cabreo es comprensible....

Yo creo que si mientras tomábamos en café en silencio alguien nos pregunta: "¿Quereis que me lo lleve de vuelta al albergue?" le hubiéramos dicho que sí muy convencidas. Yo luego me lo pienso mejor y me autoconvenzo de que al pobre lo que le pasó es que ayer apenas dio la mitad de tiempo de paseo de lo habitual, estuvieron solos casi todo el rato y además por la noche no estuvimos jugando un ratito con ellos, así que debía de estar bastante espabilado y con la sensación de faltarle algo. Pero claro, a ver cómo se lo explico yo a S., que ya hace bastante con aguantarles a pesar de la alergia.

A ver si ella viene más apaciguada y él tiene un día de buen perro.... Desde luego esta tarde le voy a pegar un paseo que se va a cagalllllllll, para que esta noche no piense en otra cosa que en dormir.

Por otra parte, Bibi podría ayudar un poco y ejercer de hermana mayor, dándole un bocadito cuando él empezara a darle golpes a la puerta. Seguro que ella estaba frita en su cunita, pensando: "Ya está el tocapelotas este.... Que hay que joderse, después de tener que aguantarlo en la jaula del albergue ahora se lo traen conmigo a una casa....".

A ver si hoy les puedo dedicar tiempo extra y cansarles con juegos y paseos. Si hace buen día saldré con ellos al patio, con las correas extensibles al tope y atadas a la barandilla por si acaso. Y mientras yo arreglo un poco la tierra, que ellos olisqueen por allí al solete.

Ahora están en el salón, Bibi tumbada en su cuna y Hamlet tumbado delante de la puerta, esperando a que alguien entre y se le pueda echar encima. Tendrán que estarse ahí otro rato mientras yo me dedico a poner un par de lavadoras y a coser la esquina de una de las colchonetas que tienen en el garaje, porque a alguno de los dos le ha dado por abrirla a bocados y sacar parte del relleno (no pondría la mano en el fuego por ninguno, pero si tuviera que apostar a un culpable éste tendría la trufa rosadita......).

Cuando yo decía que no queríamos cachorros era por algo.... Con lo bien que se maneja a Bibi, que es toda una señora.... Ayyyyyy madreeeeeee, espero que cambie pronto, o que al menos el cursillo de adiestramiento nos lo ponga más fácil. Pero hasta el 6 de abril que empieza el curso queda taaaaanto que habremos tenido tiempo de colgarle por los espolones quince veces!!!

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