jueves, 10 de abril de 2008

Momento de pánico nocturno

Joder, por un momento esta noche he pensado que nos esperaba una madrugada movidita como la de hace dos días.... A las 4:20 nos despierta uno de los dos nenes (no sé cuál, pero apostaría mi pie izquierdo a que ha sido Hamlet) rascando como un bestia en la puerta del comedor. Han sido apenas 3 segundos de meneos a la puerta y luego el silencio.....

Me he tirado la siguiente media hora despierta diciéndome: "Ahora volverá a darle a la puerta...; no, ahora....; no no, ahora sí....". Pero no, no se le ha vuelto a escuchar en toda la noche.

Yo creo que se ha debido a un momento de miedo que le ha entrado por la ventolera que se había puesto desde primera hora de la noche, y que en esos momentos tenía unas rachas de viento impresionantes. El ruido del viento nos ponía nerviosas a nosotras, así que imagino que a ellos tampoco les haría mucha gracia. Además, justo coincidió con que el viento había tirado o empujado algo que pesaba o que hacía mucho ruido, y eso seguramente fue lo que le acojonó del todo al que se acercó a la puerta suplicando seguridad.

Al final todo quedó en una falsa alarma, pero por unos momentos he temido una nueva escenita....

Aquí el tiempo lleva siendo de invierno-invierno desde hace un par de días. El viento es muy fuerte y helado; con deciros que del primer día se me helaron las manos (bueno, exactamente eso que son como los nudillos pero están más arriba; de donde salen los dedos....) y ayer de lo agrietadas que las tenían incluso me sangraban al cerrar fuerte las manos.

Ahora ya les saco a pasear con guantes, por aquello de no perder ambas manos en el intento. Afortunadamente me manejo bien con ellos y soy capaz de irme cambiando las correas de mano según ellos se cruzan de un lado a otro, me rodean, se pasan la correa por debajo de una pata, etc etc.

Bibi es muy buena paseando, porque va siempre pegada a mí (o a quien la esté paseando), y preferentemente pegada al lado izquierdo de esa persona (será de IU, la niña....). Eso, que en principio va muy bien, es un problemilla cuando el otro también quiere ir por ese mismo lado, porque entonces se pone delante de ella, se pisan, ella cambia de lado, con lo cual me toca hacer malabarismos para cambiarme la correa de mano.

Hamlet en cambio no tiene esa fijación: nunca va por el mismo lado, ni en la misma dirección, ni ná de ná. Él simplemente va. Ahora olisqueo a la derecha; huy!, a la izquierda hay algo que me mola mucho mucho mucho, y para allá que me tiro; ahora vuelvo hacia atrás porque Bibi ha hecho pis y yo quiero hacer pis en el mismo sitio; hey!, qué es eso que hay 10 metros más alla?, tengo que verlo, tengo que verlo!!

En fin, momentos de diversión sin fin....

Ayer llegó el mensajero con el nuevo pedido que hice on line a la Clínica Veterinaria Punta. A saber: 2 kong talla XXL, dos bolsitas de chuches de chocolate; una caja de rolls con cereales; dos cables de 9 metros para poder tenerles en el patio atados pero que puedan corretear mientras estamos allí; un segundo hueso kong (porque el primero lo agarra Bibi y no lo suelta ni p'atrás); dos chubasqueros (que resulta que al final son de esos de pasarles las patitas por las mangas, así que me veo tuneándolos porque no me los imaginos dejándoselos poner así como así...); dos "ochos" (esas cuerdas que hacen como la forma de un ocho y llevan una pelota en medio, porque el anterior Hamlet ya se la comió, y las otras que tienen van por el mismo camino....).

Bueno, pues creo que no hay nada más reseñable que contar. Ahora mismo están en el salón, supongo que echándose la siesta matutina que corresponde tras el primer paseo del día. Por cierto, hemos visto a Alvar al otro lado de la valla de su casa, y Hamlet se ha acercado a olisquearle como queriendo jugar, y Bibi ha pasado olímpicamente (lo que tratándose de ella es todo un avance....).

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