viernes, 11 de abril de 2008

Me lo como todo, todo y todo


Uno de los problemillas más constantes con los que me estoy encontrando es la manía de Hamlet de llevárselo tooooodo a la boca. Bueno, no sólo se lo lleva a la boca sino que lo mastica y se lo traga. Le da igual si es un kleenex, una funda de móvil, una piedra, un plástico, un guante de lana, el relleno de sus cunitas, un hueso encontrado en la calle, cacas ajenas,... Vamos, lo que sea.

Evidentemente, esto puede llegar a ser un problemilla sin más o un problema de los gordos, en función de lo que se trague. Aparte de posibles parásitos o infecciones que pueda coger al comerse las deposiciones de otros perretes, se podría llegar a provocar una perforación o una obstrucción intestinal al comerse plásticos o textiles. Hace unas semanas se comió enterito un guante de lana, y hasta 3 días después no lo vomitó, enterito (lo cual quiere decir que no se lo fue comiendo a bocaditos sino que se lo trincó enterito, de un solo golpe, el tío bestia...).

He estado pensando seriamente en la posibilidad de sacarle a la calle con bozal, pero eso sólo solucionaría parte del problema: lo que se come en la calle. Pero claro, en casa, ¿qué hacemos? Porque cosa que queda a su alcance, cosa que va a la boca... Me han comentado la posibilidad de ponerle tabasco o algo similar en las cosas que son propensas a que se coma, para que así escarmiente y no vuelva a intentarlo, pero no sé si es un método efectivo. Además, esto supondría que tendría que embadurnar de tabasco prácticamente toda la casa....

Bibi, mi niña, no tiene este problema porque no suele comerse ningún objeto extraño. Y si se lleva a la boca un hueso callejero, por ejemplo, no tengo ninguna dificultad a la hora de quitárselo. No es como Hamlet, que se pone hecho un lobo fiero si lo intento...

El problemilla de Bibi es que cuando localiza algo de comida, a por ella que se lanza. Con esto quiero decir que hemos tenido que poner el saco de pienso a buen recaudo porque ya nos lo ha tirado al suelo en dos ocasiones y se ha zampado lo que quedaba en él.

La primera vez no fue muy grave, porque apenas quedaba pienso para la ración de la cena. Pero la segunda vez que echó el saco al suelo, lo abrió y se lo comió, quedaba algo así como kilo y medio. Y digo "quedaba" porque luego no quedó nada: la niña se lo zampó. Claro, luego pasó una noche toledana con diarrea incluída, cortesía del atracón que se había dado.

La foto que ilustra el post es de esta segunda comilona; así me la encontré cuando abrí la puerta, con la cabeza metida en el saco del pienso que acababa de vaciar. Si es que cuando quiere es un torbellino....

2 comentarios:

Eva dijo...

Guauuuuuuuuuu!! Me gusta mucho tu blog, me lo estoy leyendo!! Oye, yo también voy a los cursos de adiestramiento de ANAA, qué bueno! Lo que ocurre es que desde que Xana se lesionó la pata no hemos vuelto, pero vamos el próximo sábado. Espero verte allí en vivo y en directo, qué bien!

Ángeles dijo...

Eso quiere decir que su patita está ya curada, qué bien! Nosotros vamos a los cursos en domingo, así que no coincidiremos como "alumnas"; aunque si tengo el sábado libre lo mismo me acerco a ANAA, como voluntaria, que ya hace tiempo que no aparezco por allí...
Besitos a tus nenes!