martes, 15 de julio de 2008

Sí, "agility", ¿y qué?

Pese a algunos comentarios jocosos a raíz de la idea de apuntar a Hamlet a hacer agility (sí, ya sabe quién se debe dar por aludida...) sigo pensando que sería una buena manera de mantener en forma a este pequeño bribón, a la vez que compartimos otra cosa más con él. Yo le he visto correr a toda velocidad y es un espectáculo; seguro que lo de los saltos también se le da bien jejeje.

Estoy preguntando por algún club que esté bien, aunque por lo que veo en internet no hay ninguno que quede muy cerca de casa. Así que si finalmente nos apuntamos, nos va a tocar otro paseíto en coche de 45 minutos para llegar a las instalaciones... ¡Menos mal que no se me marea en el coche!

Lo que más pena me daría de esto es que Bibi no se podría venir, porque una actividad así no es para ella... Y no por el ejercicio en sí (que aunque no es una gran atleta, cuando quiere se pega sus buenas carreras y mueve el culito con agilidad), sino por el entorno lleno de gente y perros corriendo. Y el agility con correa, pues como que no es muy lógico practicarlo, ¿no?

Así que probablemente Bibi se tendrá que quedar en casita, con Sonia, mientras Hamlet y yo nos vamos a ponernos en forma. Mira qué bien me va a venir para mantener la línea, jejeje.

De momento me estoy planteando la posibilidad de madrugar un poquito más y llevármelos a caminar una horita todas las mañanas. Ahora mismo me estoy levantando a las 8 para salir con ellos a las 8:10 a dar su paseíto de media hora. Al menos en verano da menos pereza levantarse antes, y lo mismo lo hago para llevármelos una hora de paseo.

También podría seguir levantándome a la misma hora pero cambiar el lugar de paseo. Lo que no me apetece es sacarles a pasear por la urbanización a unas horas en las que empieza a haber mucho movimiento de gente, vehículos, perros, etc etc, yo sola con dos fieras. Y el caso es que la recomendación del adiestrador es que no le evite estas situaciones a Bibi (y por extensión, a Hamlet), sino que deben acostumbrarse a ellas, así que no sé qué hacer.

Sinceramente, yo les veo con mejor actitud en los paseos, y quizá es el momento de perder un poco del pánico que he dejado que me venza a la hora de los paseos, y decidirme a no variar mi ruta de paseo sólo por no cruzarme con un perro o una persona. Creo que sería algo bueno para ellos, desde luego, así que volveré a tomarme las vitaminas (no descarto hacer pesas) y me obligaré a perder el miedo.

Ayyyy, y yo que me las prometía tan felices cuando me traje a los dos retoños a casa.... ¡quién me iba a decir a mí que estas dos fieras me iban a dar tantos dolores de cabeza!

Pero luego, cuando me siento en el patio de casa con Hamlet y Bibi recostados sobre mí, dándome lametones y pidiendo caricias, siento que esto es realmente lo que he deseado durante muchos años y que ahora por fin lo tengo.

No, no es fácil encauzarlos por el camino correcto, pero sé que merece la pena. Me lo demuestran sus miradas dulces y sus lametones llenos de cosquillas.

4 comentarios:

Eva dijo...

No es fácil, no. Unko se nos ha comido todos los cordones de los estores, aún se mete en la basura y como a las 19.30 no salga a la calle, no hay quien le aguante.

Luego se te mete entre las piernas, te sigue a todas partes, se recuesta en tu regazo en el sofá y viaja mil kilómetros sin decir ni guau... cómo no va a valer la pena???

Un beso.

Anónimo dijo...

Muy mala persona debe ser esa que se ha tomado a pitorreo lo de apuntar a Hamlet a agility, qué gente, de verdad... ;-P

Ángeles dijo...

Ajá, no sólo te ríes de las aspiraciones de tu sobri Hamlet sino que encima vienes aquí con el cachondeíto... jejeje.

¡Que sepas que el sobri se vengará de ti a base de lametones! :-DDD

Anónimo dijo...

Y se vengó, se vengó, pero casi se vengó más su hermanita en su nombre, jeje